En el centro geográfico de Lanzarote, en un significativo cruce de caminos, destaca una de las obras de César Manrique más cargada de referencias simbólicas: el conjunto arquitectónico de la Casa-Museo del Campesino y Monumento a la Fecundidad.
Está formado por una serie de edificaciones que se inspiran en el prototipo de arquitectura tradicional lanzaroteña, conjugando los elementos tipológicos más característicos de las distintas zonas geográficas de la isla. En ella están presentes chimeneas, eras, aljibes, patios, carpinterías, lagar, etc.
Aislada sobre el horizonte, destaca una monumental escultura denominada “Fecundidad”, dedicada al labrador lanzaroteño. Está realizada con antiguos tanques de agua de veleros y diversos objetos pintados y ensamblados entre sí, formando un conjunto de formas geométricas de gran impacto visual.
En cuanto al grupo de edificaciones de la Casa-Museo del Campesino sobresale la planta semicircular que se articula en torno a una plaza central abierta desde donde se distribuyen numerosas dependencias. En el interior de estas podemos contemplar numerosos objetos y herramientas relacionados con la cultura insular y la agricultura.
La Casa-Museo del Campesino y Monumento a la Fecundidad es una mirada lúcida y vanguardista sobre la arquitectura insular y que, en la actualidad, cobra renovada vigencia debido, sobre todo, al puente que establece entre lo tradicional y lo moderno.
Continuando un proyecto elaborado por César Manrique antes de su fallecimiento, se añadieron otras construcciones anexas. Estas se realizaron en el interior de una antigua cantera dedicada a la extracción de piedra. Las obras, dirigidas por Ildefonso Aguilar, consistieron fundamentalmente en la creación de nuevas zonas con usos específicos: restaurante especializado en la cocina local, centro de venta de productos artesanos, explanada para exhibiciones folclóricas o talleres de artesanía en vivo.